La víctima y la homicida se conocieron cuando coincidieron
trabajando en un hotel de s'Arenal, hace algún tiempo.
Aurelio Blas estaba separado de una inglesa, con la que había
tenido dos niñas, y hasta el 30 de junio pasado desempeñó la tarea
de jefe de recepción en un hotel de Can Tàpara, próximo a su
apartamento. Su compañera sentimental, en la actualidad, trabajaba
en el mismo establecimiento y sus compañeros se mostraron ayer
sorprendidos por la terrible noticias. Los empleados coincidieron
en que Paula era de carácter abierto y ninguno había intuido
problemas de pareja tan graves como para vislumbrar un final
trágico.
Estas personas señalaron, sin embargo, que de vez en cuando
surgían problemas motivados por la anterior relación de Aurelio
Blas. Según parece, su separación no fue amistosa y los problemas
con su ex mujer enturbiaban, a menudo, su relación actual. Las dos
últimas temporadas de invierno las habían pasado en Andorra, en
donde era subdirector de un hotel, pero desde hacía medio año se
habían establecido en Mallorca.
De hecho, el sevillano llevaba veinte años viviendo en la Isla,
aunque pasaba temporadas fuera. En este tiempo siempre se dedicó al
negocio de la hostelería. Sus dos hijas vivían con la madre y con
Paula no había tenido descendencia. Los funcionarios policiales
están investigando ahora qué motivó una disputa tan violenta y si
Aurelio Blas fue atacado en un momento de la riña o cuando se tumbó
sobre la cama para relajarse. Los agentes también están comprobando
si uno y otro habían bebido ingentes cantidades de alcohol antes
del homicidio.
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