García y Sierra presentaron la memoria de los bomberos. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA.

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El Cos de Bombers de Palma está 'cansado' de efectuar servicios de urgencia en municipios limítrofes y de no recibir compensación económica a cambio. Guillem García, jefe de los bomberos, y José Manuel Sierra, teniente de alcalde de Governació, anunciaron ayer que no se negarán a realizar este tipo de servicios «por solidaridad», pero desvelaron que se están llevando a cabo contactos con el CIM (Consell Insular de Mallorca) para clarificar la situación.

García y Sierra comparecieron ayer ante los medios de comunicación para presentar los datos de la memoria del Cuerpo durante 1999, pero el tema central del día fue, sin duda, la polémica por las actuaciones fueron del municipio palmesano. En total, durante 1999 los bomberos de Palma acudieron en 92 ocasiones a 15 municipios, la mayoría colindantes (Algaida, Artà, Binissalem, Bunyola, Calvià, Consell, Esporles, Lloseta, Llucmajor, Manacor, Marratxí, Puigpunyent, Santa Eugènia, Santa María y Valldemossa).

García explicó que en durante el año ya finalizado dos unidades permanecieron diariamente en alerta para responder a las emergencias fuera de Ciutat y que el coste para mantener este operativo ascendió a 50.000.000 de pesetas. «En el incendio de Galilea, por ejemplo, los bomberos de Palma estuvieron trabajando 500 horas y en el de Artà, 170» recordó García, que se quejó que de que el desembolso lo deba efectuar el ciudadano de la Capital. «Entendemos que somos el organismo mejor preparado y no dejaremos de prestar ayuda si es necesario, pero queremos que se nos compense económicamente», sentenció Sierra.

Sobre la campaña de 1999, los responsables del Cos de Bombers destacaron la incorporación a la red del Teléfono de Emergencias 122 -que permitió 'liberar' de la emisora a 12 bomberos- y la incorporación de 15 funcionarios para cubrir las vacantes del año 98 y 99. Las inversiones en mejora de las instalaciones y equipos nuevos ascendió a 16.000.000 de pesetas y como dato significativo García señaló que los servicios de prevención y de asistencia técnica aumentaron un 39%.

Después de dos años de suspensión, el Cos de Bombers patrulló las rutas de vigilancia forestal en montaña, con más de siete mil kilómetros recorridos. Sierra y García celebraron que el temido Efecto 2000 no hubiera convertido Palma en un caos y reconocieron que se trató de una Nochevieja «de lo más tranquila». Los incendios en contenedores de basura fueron una de las 'pesadillas' de los bomberos en 1999 y en diez de esos casos se confirmó o al menos se constaron indicios de intencionalidad.