El acusado cometió el delito el día 1 de agosto del pasado año.
Andrés Riera es un consumidor habitual de drogas y ello le ha
llevado a cometer varios robos, por los que ha sido condenado. El
robo que le supondrá cumplir esta larga condena lo cometió en un
domicilio situado en la plaza es Fortí, en Palma. Allí vivía sola
una mujer de 75 años de edad, que sufría demencia senil. El acusado
entró en el piso a última hora de la tarde. Lo hizo a través de un
patio interior.
Cuando el delincuente logró entrar en la vivienda en el interior
se encontraba la mujer. El ladrón exigió a la jubilada que le
entregara el dinero que tenía en su casa, pero ella se negó. Andrés
Riera reaccionó con agresividad. Le dio varios golpes a la mujer,
que le ocasionó lesiones a la víctima, sobre todo en la cara. A
continuación, según la sentencia, «sin que fuera necesario para
conseguir su propósito», el acusado le ató los pies y las manos a
la mujer. Lo hizo con ropa que encontró en la casa. A continuación
la trasladó a una habitación, donde dejó encerrada a la mujer. La
víctima, al vivir sola, permaneció encerrada en esta habitación
hasta el día siguiente. La rescató una asistente social que acudía
a su domicilio para ayudarla. La mujer se encontraba tirada en el
suelo. No había logrado deshacerse de las ligaduras y se encontraba
herida. La mujer fue trasladada a Son Dureta. Los médicos
detectaron, además de lesiones en las muñecas y en los tobillos, un
fuerte traumatismo en la cara.
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