La iglesia de Santa Eulàlia de Palma ha sido objeto durante el
pasado mes de dos robos. La Policía Local ha esclarecido el último
de ellos y ha recuperado una talla y un crucifijo de gran valor,
que fueron escondidos en un contenedor de basura por el ladrón. La
desaparición de la talla de madera que representa a Santa Rafaela
María del Sagrado Corazón de Jesús y el crucifijo de madera con
incrustaciones de marquetería y un baño dorado fue denunciada el
jueves por la mañana en el cuartel de San Fernando por parte del
sacristán del templo.
También el párroco había interpuesto una segunda denuncia en las
dependencias del Cuerpo Nacional de Policía, según informó el
propio sacristán.
Se da la circunstancia de que el presunto ladrón, un ciudadano
nigeriano de 23 años llamado Moussa M., se encontraba en esos
momentos en las instalaciones municipales por una pelea en la Plaza
de la Quartera y la descripción del sospechoso coincidía plenamente
con la suya.
Antes de que pudiera ser detenido en el cuartel Moussa quedó en
libertad, pero a las diez y media de la mañana una patrulla lo
localizó en la calle Caputxins. En un principio, el africano negó
cualquier relación con el robo en la iglesia, aunque acabó
confesando su autoría e incluso desveló el lugar dónde guardaba los
objetos sagrados. La imagen y el crucifijo estaban escondidos en un
contenedor de basuras de la calle Frares y pudieron ser recuperados
por los agentes.
Precisamente el jueves, en una operación paralela, la policía
encontró dos candelabros de madera dorados, de unos 40 centímetros
de longitud, que el pasado día 17 también fueron robados de la
iglesia de Santa Eulàlia. La autoría de la sustracción no está de
momento determinada, aunque se sospecha que el autor de la fechoría
es también el ciudadano detenido. Se da la circunstancia de que los
dos candelabros fueron hallados en un anticuario de la calle
Vallori.
Por otra parte, el sacristán del templo asaltado declaró ayer a
este periódico que gracias a la cooperación ciudadana y a la labor
del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local se han podido
recuperar las reliquias. «Nada más producirse el segundo de los
robos nos avisaron unos vecinos. Del primero, la verdad es que nos
enteramos al cerrar la iglesia, ya que los candelabros se
encuentran en un sitio un tanto apartado», añadió.
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