La Policía Local de Palma está investigando un extraño caso
acaecido en la madrugada de ayer en los pantalanes de es Portixol,
donde un turismo fue arrastrado por otro hasta que quedó empotrado
contra una valla, a escasos centímetros del mar. Los agentes creen
que se trata de una gamberrada o de una venganza por asuntos
turbios.
Poco antes de las cuatro de la madrugada, un vigilante jurado
dio cuenta del incidente al 092. Cuando una patrulla llegó se
encontró con que un Peugeot modelo 205, con matrícula IB-0319-CY,
se encontraba a punto de caer al agua, frente al Hotel Portixol. En
un principio se pensó que se trataba de un accidente de tráfico,
pero tras la inspección ocular pertinente se llegó a la conclusión
de que no era un siniestro casual. El Peugeot no tenía golpe en la
parte trasera, como sería normal en el caso de que hubiera sido
embestido de forma fortuita, pero justo detrás los funcionarios
detectaron marcas de neumático, señal inequívoca de que otro coche
lo había empujado violentamente.
Los policías averiguaron que el dueño del automóvil siniestrado
residía en la barriada de Corea y, pese a las múltiples gestiones
efectuadas, no pudo ser localizado. El Peugeot estuvo a punto de
caer al agua, pero el parachoques delantero izquierdo quedó
enganchado a la valla caída. Las fuentes consultadas indicaron que
resultó con daños materiales «de cierta consideración» y añadieron
que si finalmente se hubiera precipitado al mar «habría quedado
para el desguace». El cuartel de San Fernando confía en que con los
datos obtenidos en es Portixol pueda ser identificado el autor de
los daños.
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