La búsqueda de Sebastián Calafell Simó, el piragüista de 26 años
desaparecido el sábado en aguas de Sant Elm, muy cerca de la isla
de la Dragonera, continuó ayer con esfuerzos redoblados, pero sin
éxito.
El joven y su amigo José Luis Seguí Orfila, de 37 años, se
hicieron a la mar a las 11.30 horas a bordo de una K-2. Según
parece, Sebastián no tenía experiencia en este deporte y el tiempo
no acompañaba, ya que la mar estaba algo encrespada. Sea como
fuere, los dos piragüistas llegaron a las inmediaciones de la isla
y sobre las tres de la tarde, cuando tenían previsto regresar a
tierra firme, un ola los hizo volcar. José Luis llegó nadando a la
Dragonera y vio que su amigo se aferraba a la piragua. Luego
consiguió ganar la orilla y pidió ayuda.
A partir de ese momento se puso en marcha un gran dispositivo de
búsqueda en el que participó la Guardia Civil, la Policía Local,
Salvamento Marítimo, un helicóptero del SAR, Protección Civil,
voluntarios y amigos de los dos deportistas. Al caer la noche el
operativo se suspendió y ayer, a las siete de la mañana, los GEAS
(Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) rastrearon la zona del
canal y los alrededores de la isla. La fuerte corriente provocó que
los trabajos se interrumpieran. Un helicóptero de Salvamento
Marítimo con base en Valencia, dotado de un equipo de detección por
infrarrojos, se sumó a la búsqueda, así como efectivos de
Protección Civil de Andratx, la embarcación «Gran Cormorán Jet», y
la Cruz Roja de Sóller.
Pese al imponente despliegue la jornada se cerró tal y como
empezó: sin noticias de Sebastián Calafell. Los padres del
deportista, su hermano Toni y su novia siguieron, desconsolados,
las tareas de búsqueda, sin poder contener la emoción y arropados
por la alcaldesa de la localidad, Margalida Moner.
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