La Guardia Civil consiguió interceptar la partida de joyas robadas.

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Un camión de una empresa de envíos urgentes, que transportaba joyas y objetos de valor, fue asaltado el pasado jueves en la bodega de un barco que se dirigía a Palma. Los ladrones reventaron el techo del vehículo y desvalijaron las cajas, aunque un oportuno control de la Guardia Civil impidió que pudieran huir con el botín.

El barco llegó al Port de Palma a las ocho de la mañana, procedente de Barcelona, y los funcionarios de la unidad Odaifi (adscritos a Aduanas) se fijaron en los pasajeros que iban abandonando la nave para registrar, como se hace a diario, a los que levantan más sospechas.

Algunos de los «elegidos» fueron Rubén A.G., y su compañero Roger L.N., que al parecer evidenciaban síntomas de nerviosismo. En la mochila de uno de ellos se encontró el alijo, compuesto por medio centenar de relojes de las marcas Festina y Citizen, doce gargantillas y cinco sortijas. El material está valorado en unos dos millones de pesetas y en el preciso momento en que se hallaron las piezas la Guardia Civil comenzó a investigar su origen. En un primer momento se pensó que el género era producto de un robo en la Península o a alguno de los pasajeros del barco, pero luego se descubrió que procedía de un camión estacionado en la bodega.

Según la reconstrucción de los hechos, los dos jóvenes "cuyas edades no han sido precisadas" accedieron a la bodega del barco de la Trasmediterránea de noche, forzando algún acceso y con sigilo para no ser detectados. Luego se subieron al vehículo de la empresa de transportes y efectuaron un «butrón» en el techo, por el que se colaron al interior y desvalijaron algunas cajas de seguridad.