Además de la avería, ya conocida, en el motor número dos, que
fue reparado justo poco antes del despegue a petición del
comandante, los tripulantes anunciaron que el reactor número uno
registró una reducción de sus «parámetros» en dos ocasiones,
precisó la BEA. El motor número uno experimentó por segunda vez esa
pérdida antes de que «el avión se inclinara fuertemente hacia la
izquierda y se estrellara» a unos cinco kilómetros del aeropuerto
parisiense de Roissy-Charles de Gaulle. Se trata de los dos motores
situados en el flanco izquierdo del aparato siniestrado, el más
antiguo de la flota de los Concorde (fabricado en 1975), pero el
que menos horas de vuelo tenía en su historial (12.000) y a bordo
del cual el Papa Juan Pablo II hizo su bautismo supersónico en mayo
de 1989.
«Durante el despegue, cuando el avión superó la V1 (velocidad de
decisión), la torre informó a la tripulación de las llamas en la
parte trasera del aparato», indicó la BEA en un comunicado. «Se
nota en la grabación fónica (de las cajas negras) que tras la
rotación (cuando el aparato levanta la nariz), la tripulación
anuncia una avería del motor número dos y un poco después que el
tren (de aterrizaje) no se repliega», precisó.
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