TW
0

EFE-PARIS
El tren de aterrizaje del Concorde de Air France siniestrado el pasado martes cerca de París no se retractó y dos de sus motores tuvieron problemas, según informó la tripulación del aparato a la torre de control justo antes del drama. Estos datos fueron divulgados ayer por la Oficina de investigación de accidentes (BEA), que indaga las causas del primer siniestro del avión comercial más rápido del mundo que segó la vida de 113 personas: los 109 ocupantes del aparato y cuatro en tierra.

Además de la avería, ya conocida, en el motor número dos, que fue reparado justo poco antes del despegue a petición del comandante, los tripulantes anunciaron que el reactor número uno registró una reducción de sus «parámetros» en dos ocasiones, precisó la BEA. El motor número uno experimentó por segunda vez esa pérdida antes de que «el avión se inclinara fuertemente hacia la izquierda y se estrellara» a unos cinco kilómetros del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle. Se trata de los dos motores situados en el flanco izquierdo del aparato siniestrado, el más antiguo de la flota de los Concorde (fabricado en 1975), pero el que menos horas de vuelo tenía en su historial (12.000) y a bordo del cual el Papa Juan Pablo II hizo su bautismo supersónico en mayo de 1989.

«Durante el despegue, cuando el avión superó la V1 (velocidad de decisión), la torre informó a la tripulación de las llamas en la parte trasera del aparato», indicó la BEA en un comunicado. «Se nota en la grabación fónica (de las cajas negras) que tras la rotación (cuando el aparato levanta la nariz), la tripulación anuncia una avería del motor número dos y un poco después que el tren (de aterrizaje) no se repliega», precisó.