Ha ocurrido en una papelería de Palma, en la avenida Joan Miró.
Cuatro jóvenes entraron en el establecimiento, se «compincharon»
para robar y lo hicieron. Pero el delito quedó grabado en la cámara
de vídeo del establecimiento y las imágenes están ahí, se supone
que como prueba contra los presuntos ladrones. El sistema que
utilizaron no es nuevo. Los delincuentes son rumanos y tres de
ellos han sido ya detenidos por el Cuerpo Nacional de Policía.
El sistema que utilizaron para el robo es el siguiente: Tres
jóvenes entran en la papelería por separado. Dos miran en un
mostrador y el tercero «husmea» entre unas revistas. Los dos
primeros llaman a la propietaria del local, que está detrás del
mostrador, y le piden que les enseñe unos encendedores. La mujer
así lo hace, pero, mientras tanto, el tercero en discordia
aprovecha para acercarse al mostrador, sin nadie al cuidado. Mete
mano a un montón de tarjetas de teléfono y se va corriendo. Cuando
la mujer se da cuenta del robo ya no lo puede evitar. El ladrón ha
salido corriendo y sus dos «compinches» hasta parecen lamentar lo
ocurrido. Después vienen los trámites de rigor. La mujer llama a la
policía, formula la denuncia y aclara que el robo ha sido de
tarjetas por valor de 160 mil pesetas, entregando a los agentes una
copia de la cinta de vídeo.
Días después, cuando había otra persona detrás del mostrador, el
mismo grupo perpetró otro robo en la misma papelería, quedando de
nuevo grabado el delito para la posteridad. En esta segunda ocasión
había un cuarto delincuente y el sistema que utilizaron fue casi
idéntico. Los mismos delincuentes lo volvieron a intentar en una
tercera ocasión. Pero la mujer, ya escarmentada y que además
reconoció a uno del grupo, no se dejó engañar y cuando salieron de
la papelería avisó enseguida a la policía. Este tipo de robos se
vienen cometiendo con insistencia en comercios de la Isla por
grupos organizados de rumanos.
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