Alicia Hornos, la madre de Rocío Wanninkhof, la joven asesinada en
Mijas (Málaga) en otoño del año pasado, declaró ayer que siente
alegría por la detención de la presunta asesina de su hija, pero
también «rabia y dolor porque era una amiga de la familia».
Alicia Hornos expresó sus sentimientos contradictorios «de
alegría y tristeza, de tranquilidad y nervios» y su deseo de que se
haga justicia, al conocer que María Dolores V.M. ingresó en prisión
como presunta asesina de Rocío, cuyo cadáver fue encontrado el 2 de
noviembre de 1999. La madre de Rocío explicó que la policía le
comunicó en agosto que María Dolores V.M. era sospechosa «y que
existía el 95 por ciento de posibilidades de que fuera la asesina»
porque les había contado varias mentiras cuando habían hablado con
ella. Recordó que la mujer detenida era amiga de toda la familia «y
nos ha tenido engañados durante once meses, por lo que el dolor es
muy grande, aunque sentimos alegría porque se ha detenido a la
persona que presuntamente mató a mi hija».
Alicia Hornos, que permanece en el pueblo jiennense de Arroyo
del Ojanco, donde vive su padre, aseguró que no sabe cuál fue la
razón que «pudo llevar a Loli "como es conocida la detenida" a
matar a Rocío», y, aunque reconoció que «Rocío y Loli no se
llevaban muy bien», dijo que esa «no es razón para matar a una
persona». «Loli siempre se ha llevado mejor con mi otra hija, pero
con Rocío siempre discutía», añadió Alicia Hornos, que espera que
su antigua amiga le diga por qué lo hizo.
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