«Según nos han contado, mi hermano fue a coger a Joan y ambos
cayeron desde el precipicio. Es un auténtico drama». Margalida, la
hermana de Antoni Vallespir, era ayer el reflejo del dolor. Ella y
su familia, muy conocida en sa Pobla, no daban crédito a lo
ocurrido en Pollença.
La familia Vallespir-Caimari vive en el número 20 de la calle
Miquel Costa i Llobera y ayer la vivienda fue un continuo ir y
venir de vecinos que, con la frustración en sus caras, intentaron
consolar a los padres y hermanos en unos momentos tan
difíciles.
Margalida, la pequeña de los cuatro hermanos, explicó que Joan y
Antoni salieron a buscar picornells el sábado por la tarde y cuando
no regresaron por la noche comenzaron a preocuparse seriamente.
«Fuimos por aquella zona pero no encontramos su coche. Fue una
noche terrible, hasta que hallaron por la mañana los cuerpos»,
relató. Antoni tenía novia y era aficionado a la caza. Ayer, el
alcalde de la localidad, Jaume Font, también acudió a su casa para
dar el pésame y solidarizarse con la familia.
En el otro escenario de la tragedia, en Pollença, la jornada fue
igualmente aciaga. Francisca Ramón, la alcaldesa, explicó que «este
año 2000 ha sido terrible en cuanto a muertes, sobre todo de gente
muy joven», y contó que Joan Vives estaba casado con una joven del
Port y que ambos residían en Pollença, junto a su hija de corta
edad. Ramón, muy afectada por el drama, manifestó que Joan conocía
la zona de sa Vall den March porque la había recorrido en otras
ocasiones en busca de setas. Según parece, mientras pasaban por un
barranco uno de ellos perdió el equilibrio al ceder una roca y
cuando iba a caer al vacío el amigo lo asió, pero no pudo
sostenerlo y ambos se precipitaron desde diez metros de altura.
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