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Juan Cerdá Puigserver, el ex sepulturero de Llucmajor que mató a su madre arrojándola por un acantilado del monasterio de Cura, ha sido condenado a cumplir 18 años y nueve meses de cárcel. Así lo ha decidido el juez Antonio Terrasa, cuya decisión se basa en el veredicto del jurado, que declaró al acusado culpable de asesinato.

Los hechos ocurrieron el día 15 de agosto de 1998. El acusado acudió esa noche al monasterio con su madre, Francisca Puigserver. El joven quería convencer a su madre que le permitiera hipotecar su casa porque estaba agobiado por una deuda, pero ella no quería. Por este motivo, aprovechando el factor sorpresa, Juan Cerdá empujó a su madre por el precipicio. La víctima murió al caer desde una altura de unos 30 metros.

El acusado confesó ante la Guardia Civil que había matado a su madre por un móvil económico. Sin embargo, el día del juicio rectificó y declaró que había confesado coaccionado, puesto que los agentes le amenazaron con detener a su novia si no lo hacía. Esta excusa no convenció al jurado, ni tampoco al magistrado Antonio Terrasa, que considera que el acusado tuvo la oportunidad de denunciar esta coacción el día que declaró ante el juez, y no lo hizo. Juan Cerdá está ahora en prisión.