El Reino Unido está viviendo la peor tormenta desde 1987, que ha
causado ya dos muertos, varios heridos y decenas de viviendas
inundadas. Además, los fuertes vientos, de hasta 140 kilómetros por
hora, y las lluvias torrenciales provocaron la suspensión de las
principales líneas de ferrocarril del país.
La primera víctima falleció en Surrey, al sur de Londres, como
consecuencia de la caída de un árbol encima de su vehículo. La
segunda murió en Taunton, cuando la motocicleta en la que viajaba
chocó contra un árbol que había caído en la calzada. Además, muchas
casas resultaron inundadas y, según la compañía East Midlands
Electricity, 58.000 hogares se encuentran sin electricidad en el
centro del país. Otras 13.000 viviendas están en estas mismas
condiciones en el condado de Sussex. Según las compañías de
seguros, los daños pueden llegar a ser de hasta 2.000 millones de
libras esterlinas (alrededor de 520.000 millones de pesetas), una
cantidad parecida a la que tuvieron que pagar cuando ocurrieron las
grandes inundaciones del ano 1990.
La policía advirtió ayer a los ciudadanos que no salgan de casa
a no ser que sea estrictamente necesario, sobre todo en la zona
costera comprendida entre Cornwall y Kent, ya que los fuertes
vientos pueden llegar a alcanzar en algunas áreas una velocidad de
160 Kilómetros por hora. Varias personas de Berks, Oxon, Devon,
Essex y Somerset tuvieron que ser evacuadas la pasada noche de sus
domicilios por la policía después de que sus casas se inundaran. El
sistema de comunicaciones y transportes está sufriendo también este
temporal de lluvia y viento. El puerto de Dover, que une el sur del
país con el continente, tuvo que ser cerrado, lo que dejó
temporalmente sin poder desplazarse a un total de 6.000
personas.
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