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EFE-ATENAS
Jristos Kondiras, el mecánico griego que secuestró ayer por la mañana un autobús con 35 turistas japoneses, cerca de Corinto, a 80 kilómetros de Atenas, y amenaza a sus ocupantes con un arma, sufrió un desengaño amoroso que le llevó a matar de madrugada a su suegra y a un amigo.

Un portavoz de la compañía de autobuses turísticos griegos «Panolimpian Express» declaró que los 33 turistas japoneses secuestrados, el chófer y el guía griegos, se encuentran «en buen estado de salud». El portavoz, cuyo nombre no fue dado a conocer, declaró que tienen contacto frecuente con el chófer del autobús por teléfono móvil, para enterarse de la situación de los rehenes, todos japoneses de media edad, y del griego Jristos Kentiras, que hace unas horas asesinó a su suegra y a un amigo.

El secuestro ocurrió en torno a las 10.30 hora local en la carretera entre Atenas y Corinto, cuando tras cometer ayer de madrugada los asesinatos en un pueblo cercano en medio de una discusión originada por la supuesta infidelidad de su esposa, viajó a las cercanías de Corinto, prendió fuego a su vehículo y obligó al autobús a desplazarse en la carretera nacional hacia Atenas, hasta ahora sin un fin determinado.

Kentiras, de 48 años de edad, que va armado, disparó contra un motorista de la policía griega, de los muchos que siguen al vehículo, aparentemente nervioso por la cercanía de la policía y ordenó que se alejaran también los coches de los equipos de los canales de televisión.

Al cierre de esta edición, sin embargo, el perturbado se entregó a la policía y dejó en libertad a todos los turistas japoneses. Kentiras se entregó a la Policía después de que se cumpliera su deseo de hablar con el periodista griego Makis Triandafilopulos, quien tiene un programa de casos criminales y escándalos en la televisión griega Alpha. Kentiras se reunió con el periodista, le pidió un whisky y le entregó cintas en las que explica que cometió los asesinatos porque su mujer le engañaba.