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O las carreteras de Mallorca no están preparadas para la lluvia o los conductores no están acostumbrados a ella y cuando llegan las precipitaciones no adoptan las medidas de precaución adecuadas.

Sea como fuere, lo cierto es que en cada ocasión que llovizna en la Isla -y no son muchas- los accidentes de tráfico se disparan. Durante todo el día de ayer, sin ir más lejos, la policía y la Guardia Civil de Tráfico intervinieron en más de treinta siniestros de distinta consideración. Afortunadamente ninguno de ellos fue mortal, pero los equipos policiales estuvieron desbordados por esta circunstancia. En Llucmajor, Palma y s'Arenal fue donde se contabilizaron más colisiones.

Los bomberos también efectuaron algunas salidas para realizar achiques y en Calvià, en concreto en la rotonda de la Porrassa, en la carretera de Son Ferrer a el Toro, medio kilómetro de calzada quedó inundado y la policía tuvo que regular el tráfico.