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La Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona ha absuelto a un vecino de Terrassa que estaba acusado de haber violado dos veces a su ex mujer porque, según el tribunal, la víctima «pese a que no tenía ganas de mantener una relación sexual con el acusado no se resistió» y añade que la mujer «accedió» a mantener relaciones para que «se marchara». La sentencia señala que no se aprecia «la concurrencia de violencia o intimidación» por parte del acusado a la hora de mantener las relaciones. El tribunal considera que no existe delito porque «no medió violencia ni intimidación». El acusado aseguró durante el juicio que la víctima no se negaba, pero que no accedía «de buen grado».

El fiscal había solicitado 18 años de prisión por dos violaciones a su ex mujer, de la que estaba separado hacía dos años. El acusado, que no tiene antecedentes penales, declaró durante el juicio que los actos sexuales fueron consentidos por la víctima, hecho que ella negó. Los hechos sucedieron el 18 de noviembre de 1998 cuando el acusado se dirigió al domicilio de su ex mujer y abrió el piso con un juego de llaves que aún conservaba. Una vez dentro se encontró a su esposa, con la que había estado casado durante 18 años, con un amigo, por lo que el acusado mantuvo «una fuerte discusión» con éste.

La víctima le pidió a su acompañante que se fuera, tras lo que el acusado pidió a su ex mujer que le diera todas las joyas que le había regalado. Cuando se dirigió a la habitación para ir a buscarlas, el acusado aprovechó para sujetarla por los brazos y la obligó a desnudarse, tras lo cual la violó. Al día siguiente, el acusado se personó en la Mutua de Terrassa, donde trabajaba la víctima, y empezó a gritar contra ella. Por miedo a que produjera un altercado la mujer decidió acceder a continuar la discusión en su domicilio. Una vez allí, según la acusación pública, el presunto agresor se abalanzó contra la víctima y después de romperle la ropa volvió a violarla, «a pesar de la fuerte resistencia ejercida» por su ex mujer.