El hombre acusado de matar y descuartizar a su mujer, embarazada de
ocho meses, en Mislata en 1995, aseguró ayer, en el juicio por
estos hechos, que la muerte fue accidental, mientras que tres
testigos declararon que el procesado les confesó el crimen. La
Audiencia de Valencia inició el juicio por estos hechos, ocurridos
el 6 de octubre de 1995, cuando, según el fiscal, P.J.N.M.
estranguló a su mujer, Mari Carmen M.P., cuyo cuerpo descuartizó y
ocultó en diferentes puntos del término de Chiva.
La muerte de Mari Carmen no se descubrió hasta 1999, ya que
hasta entonces se creyó que había desaparecido, pues su propio
marido fomentó esta idea al participar en un programa de televisión
para pedir su búsqueda. Esta no fue su única aparición televisiva,
puesto que, durante el tiempo que transcurrió desde la muerte de la
mujer, P.J.N.M., que había rehecho su vida, intentó ganar un premio
en otro programa.
El procesado, quien fue recibido con gritos de «asesino» y
«criminal» por el público al entrar en la sala, dijo en el juicio
que su mujer cayó al suelo durante un forcejeo y, al comprobar que
había fallecido, le entró miedo porque pensó que le iban a culpar
de la muerte, por lo que decidió ocultar el cadáver. «Pensé en la
cárcel, pensé en mi hija», aseguró el acusado, quien relató que
había mantenido frecuentes discusiones con su esposa y que ella
había maltratado a la hija de ambos y le había agredido a él con un
arma blanca.
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