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MARI VÀZQUEZ/J.F.M. La tormenta que descargó ayer por la mañana tuvo sus consecuencias en varias localidades de Mallorca, tanto en tierra como en mar. Uno de los sucesos más graves ocurrió en la costa del Port de Sóller, donde siete ciudadanos franceses tuvieron que ser rescatados al hundirse el velero, que se vio sorprendido por el mal tiempo. Este suceso ocurrió poco después del mediodía de ayer. El velero «Serafín», de bandera francesa, se encontraba fondeado en un lugar situado entre la Punta Negra y es Colomer, en la costa de Sóller. Los tripulantes, que afortunadamente se encuentran sanos y salvos, explicaron que de pronto se situó por encima de ellos una gran nube, y la situación en el mar cambió bruscamente. Las siete personas se dieron cuentan que el tiempo comenzaba a empeorar y poco a poco las olas iban creciendo de tal forma que alguna de ellas pasaban por encima de la embarcación.

La situación fue empeorando de tal forma que hubo un momento en el que los tripulantes se dieron cuenta que tenían que abandonar el barco, porque el agua ya había entrado por la cabina y existía el peligro de que el «Serafín» iba a hundirse. Se trató de una predicción de lo que más tarde ocurrió, ya que el barco se vino a pique en pocos segundos, hundiéndose en una zona de gran profundidad. Sin embargo, antes de que ello ocurriera los tripulantes se prepararon para lo peor. Algunos subieron a una pequeña lancha neumática y los otros tuvieron que lanzarse al mar, aunque con salvavidas. Los siete vieron como el barco se hundía, con todas sus pertenencias a bordo. La embarcación había zarpado de Francia y se dirigía hacia Jerusalén.

Los náufragos fueron rescatados por la golondrina «Capepuig» que estaba navegando por la zona. Fueron trasladados hasta el Port de Sóller, donde les aguardaban efectivos de la Cruz Roja y de la Policía Local. Los siete franceses, entre los había una menor, fueron conducidos a las dependencias de la Cruz Roja, donde se les facilitó alimentos. Se comprobó que el estado de todos ellos era satisfactorio, aunque la mayoría estaban asustados porque vieron pasar muy cerca de ellos a dos pequeños caps de fibló. Han pasado la noche en un hotel de Sóller.