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P.M./EFE
Santiago López Valdivielso, director general de la Guardia Civil, ha anunciado que se está llevando a cabo un estudio para retirar a una cifra importante de agentes que están destinados a la seguridad en las cárceles del Estado. Según López Valdivielso las labores de vigilancia serían asumidas por personal de empresas privadas. Así lo manifestó en el transcurso de una conferencia que dio el pasado jueves en Àvila. Por su parte, responsables de Instituciones Penitenciarias han manifestado a este periódico que desconocen, por lo menos a nivel oficial, tanto la existencia del estudio como la posibilidad de que se sustituya a los guardias civiles por vigilantes privados.

Santiago López Valdivielso fundamentó el cambio en 'un ambicioso proyecto que permitiría al Cuerpo contar con ocho mil agentes más que podrían dedicarse a servicios en las calles'. Según López Valdivielso esto sería efectivo a partir del año 2004. El máximo responsable del Instituto Armado se mostró partidario de que 3.000 de los 8.000 efectivos procedan de «la sustitución de puestos de seguridad estática por medios técnicos y vigilancia privada». «En un momento en el que se solapan restricciones de personal y las nuevas demandas de seguridad, constituye un derroche mantener guardias civiles en funciones que ni requieren el grado de formación que tienen, ni exigen la condición de agentes de la autoridad que legalmente ostentan y por tanto no justifican el coste económico que suponen», explicó. En este sentido puso como ejemplo la supervisión de los sistemas de seguridad pasiva, que no requieren contacto con el ciudadano, y la protección de edificios que en su opinión «resultan muy poco críticos desde el punto de vista del riesgo para la seguridad».

Al respecto, Santiago López Valdivielso anunció que la Guardia Civil se plantea la posibilidad de retirar de los centros penitenciarios a los 4.000 guardias civiles que «se limitan en condiciones de normalidad a la seguridad perimetral o a observar los monitores de televisión».

Tanto desde estos puntos, como desde las torres de vigilancia, «su única capacidad de reacción es apretar un botón de alarma ante una sospecha de fuga», apuntó López Valdivielso acerca de la función que en la actualidad realiza la Guardia Civil en las cárceles españolas.

Ante esta situación, el Instituto Armado estudia en estos momentos «la posibilidad de que vigilantes privados puedan auxiliar a la Guardia Civil en estas tareas, de forma similar a como se ha hecho en los aeropuertos, sin que ello signifique que el Instituto Armado deje de asumir su responsabilidad», concluyó.