El accidente se produjo a las 10.30 horas a la altura de
s'Ermita del Cocó, en la salida de Lloseta hacia Palma, cuando el
ferrocarril avanzó por un paso por el que a menudo atraviesan la
vía peatones. De repente, el maquinista se encontró a escasos
metros a una mujer y no pudo frenar para evitar la embestida, que
fue tremenda y destrozó por completo el cuerpo de la señora. La
muerte, pues, fue instantánea y de inmediato la Guardia Civil y la
Policía Local fueron informados de lo ocurrido. Varias unidades se
desplazaron hasta el punto exacto del atropello -un tramo recto
junto a una casa- y se entrevistaron con el maquinista, que se
mostró muy afectado por el fatal desenlace de los acontecimientos y
aseguró que no había podido hacer nada para evitarlo. Los agentes
también buscaron testigos de lo ocurrido, para conocer si se había
tratado de un accidente o se debía investigar otras hipótesis, pero
parece ser que nadie presenció la secuencia de la embestida.
El tren permaneció detenido sobre las vías hasta las 12.30
horas, cuando pudo reanudar la marcha. Este retraso provocó que
numerosos pasajeros de Palma esperaran durante dos horas
confundidos y sin saber muy bien la causa de la demora, lo que
motivó quejas. El juzgado de guardia de Inca fue puesto al
corriente del atropello y su titular ordenó el levantamiento del
cadáver. Fuentes policiales explicaron que la infortunada estaba
empadronada en Palma, aunque poseía una casa en Lloseta.
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