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J.JIMÉNEZ El poblado gitano de Son Banya sigue siendo foco de problemas una semana después de la gran redada policial que se saldó con 17 detenidos y la intervención de armas, drogas, joyas y dinero en efectivo. Ayer por la mañana una patrulla de la Benemérita detectó que un coche robado entraba en el poblado con cuatro ocupantes a bordo, al parecer todos ellos toxicómanos.

Los agentes tenían claro que el grupo se había desplazado hasta Son Banya con la intención de adquirir sustancias estupefacientes, por lo que esperaron a que salieran del recinto. Las expectativas se cumplieron y poco después el vehículo en cuestión enfiló el camino hacia Mercapalma, y fue interceptado tras un amago de escapada.

El coche, un Opel Kadett, había sido robado en Artà, según comprobó la Guardia Civil, y los cuatro ocupantes quedaron detenidos por esa sustracción. Los agentes registraron el interior del turismo y no encontraron restos de sustancias estupefacientes, lo que hace pensar que compraron la droga en alguna de las chabolas y luego se la inyectaron en el poblado, para evitar precisamente lo que pasó, que fueran detenidos.

Los cuatro acusados, cuyas identidades no han trascendido, fueron trasladados a los calabozos de la comandancia palmesana, en la calle Manuel Azaña, para ser interrogados. La Guardia Civil también hizo gestiones para localizar al dueño del Opel e informarle de que había sido localizado sin apenas daños.