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Bajo fuertes medidas de seguridad ayer fue trasladado a la Audiencia de Palma Gavin Feriolo, un ciudadano francés que está considerado como uno de los más activos miembros de la mafia de Marsella, una de las más peligrosas del mundo. Feriolo está preso en la cárcel de Valdemoro y el miércoles fue enviado a la prisión de Palma. La Guardia Civil lo detuvo hace un año por su participación en el desembarco, en aguas de Cala Virgili (Manacor), de casi dos mil kilos de hachís. Por este delito de tráfico de drogas la Fiscalía le reclama cuatro años de prisión.

Además de esta acusación de narcotráfico, Feriolo está pendiente de tres órdenes de extradición (dos de ellas concedidas) solicitada por las autoridades francesas, que le acusan de haber participado en varias operaciones de tráfico de drogas, por las que le piden penas que suman 30 años de prisión. También se sospecha que este individuo participó hace dos años en la fuga de un ciudadano marsellés, llamado Michel Denis, que estaba acusado del asesinato de dos mercenarios franceses en un restaurante de la Costa del Sol en un ajuste de cuentas. Denis estaba ingresado en la cárcel de Valdemoro. El día 25 de agosto de 1999 el preso fue conducido al hospital Doce de Octubre, en Madrid. La mafia organizó su fuga. Dos individuos atacaron a los guardias civiles que custodiaban al detenido. Después, con la ayuda de un tercer cómplice, metieron al preso en un coche de gran potencia y se dieron a la fuga. Se inició una persecución, pero el vehículo no pudo ser alcanzado. Uno de los que supuestamente participó en esta fuga fue Gavin Feriolo.

El francés asistió ayer a la vista que se celebró en la Audiencia, en la que su abogado solicitó su puesta en libertad. A esta petición se opuso la Fiscalía, puesto que el juicio por el desembarco de Cala Virgili está previsto que se celebre el próximo mes. Feriolo fue conducido a la Audiencia en un furgón blindado, sin otros presos. En el vehículo viajaban varios agentes de la policía, fuertemente armados, y vestidos con chalecos antibalas. Estas fuertes medidas de seguridad se adoptaron porque se considera a este recluso como un peligroso delincuente, incluido en el fichero «Fies». Al parecer, hace varias semanas se interceptó una llamada telefónica en la que se insinuaba un plan de fuga. En su traslado no hubo que lamentar ningún incidente.