El joven menorquín que disparó contra su hermano con una escopeta,
y provocó que a la víctima tuvieran que amputarle una pierna,
permanecerá un largo periodo de tiempo internado en el hospital
Psiquiátrico. El acusado, J.M.S., al producirse los hechos sufrió
un brote de esquizofrenia, que no ha vuelto a aparecer. Sin
embargo, pese a que el tribunal de la Sección Segunda de la
Audiencia de Palma le absuelve del delito de tentativa de asesinato
por esta alteración psíquica, determina que el acusado esté
ingresado en un centro de tratamiento mental durante un periodo de
once años y tres meses.
Los jueces no han aceptado la petición de la defensa de dejar al
acusado en libertad y que siga un tratamiento ambulatorio. El
tribunal entiende que esta medida sería muy peligrosa, porque
ningún médico puede asegurar que la enfermedad mental ha
desaparecido. Este intento de asesinato se produjo en la madrugada
del día 22 de febrero del año pasado. El acusado llevaba mucho
tiempo nervioso y excitado, y sin embargo no acudió a ningún
médico. Esta situación coincidió con una crisis familiar.
Esa noche el joven entró en la habitación de su hermano, que
estaba durmiendo, con el pretexto de enseñarle un teléfono móvil.
El hermano no le hizo caso y el acusado salió de la habitación,
pero volvió a entrar armado con un escopeta de doble cañón. Apuntó
a la zona genital de su hermano y disparó. El proyectil no impactó
en la zona deseada porque la víctima realizó un movimiento
instintivo al intentar apartar el arma. El disparo le alcanzó el
muslo de la pierna izquierda, afectando a la arteria y a la vena
femoral. Los médicos tuvieron que amputar la pierna a nivel de la
cadera y precisa una prótesis para poder moverse. La víctima ha
perdonado a su hermano, que está ingresado en prisión pero que será
trasladado en breve tiempo a un centro psiquiátrico.
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