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EFE-ARGEL Argelia inició hoy el mes sagrado del Ramadán, enlutado esta vez por los cientos de muertos del trágico temporal de la semana pasada, que devastó varias barriadas de la capital, y bajo la permanente amenaza del terrorismo integrista. Dos de los barrios más afectados de Argel, los de Ued Koriche y Bab El Ued, siguen siendo, una semana después de la tragedia, un enorme lodazal de varios metros de altura de donde aún se extraen cadáveres, la mayor parte de ellos irreconocibles.

En Argel la última cifra oficial de muertos asciende a 651, a los que se añaden otro medio centenar de víctimas en las provincias afectadas por el temporal del sábado pasado, al que se califica de una de las peores catástrofes naturales sufridas por este país magrebí.

En Ued Koriche, después de muchos años de sequía se tomó en los años ochenta la decisión de convertir el lecho del antiguo río en una autopista de circunvalación de la capital, que corre encajonada entre colinas donde se alzaban centenares de frágiles viviendas. Las aguas enfangadas del «ued» recuperaron su lecho en espacio de pocas horas arrastrando vehículos que quedaron sepultados bajo el lodo o destrozados con sus ocupantes, en algunos casos hasta los acantilados situados a varios centenares de metros.

En la barriada de Climat de France, una de las más humildes, la riada se llevó por delante las tumbas de uno de los cementerios construido en una ladera, que quedó totalmente devastada.