La gran tromba de agua y granizo ocasionó ayer inundaciones, caídas
de árboles y muros de piedra, así como problemas en el tráfico
rodado en Palma, Calvià y Andratx. Por fortuna no se tuvieron que
lamentar desgracias personales. Los cuerpos de emergencia y
seguridad volvieron a verse desbordados a partir de media mañana.
En Palma algunos torrentes se desbordaron y, por ejemplo en la
confluencia de la salida hacia Manacor con la Carretera Vieja de
Sineu, policías locales y bomberos tuvieron que acudir, los
primeros para achicar agua y los agentes para regular el tráfico.
El problema estribó en que, en poco espacio de tiempo, descargó una
gran cantidad de agua y granizo. Así, en la Platja de Palma se
contemplaron escenas e imágenes que muchos de los residentes
aseguraban no haber visto nunca. La zona de la arena era un manto
blanco, casi tocándose con el mar, y en las calles del interior el
granizo llegó a cuajar y daba la impresión de que se había
producido una gran nevada.
En el casco urbano de Palma el tráfico se colapsó en algunas
zonas y se produjeron caídas de árboles. El temporal, acompañado de
una tormenta eléctrica, ennegreció el cielo y, a las once de la
mañana, daba la impresión de que era ya de noche. Por término
medio, el diámetro del granizo que descargó ayer sobre Palma era de
unos dos centímetros. En las calles de la ciudad fueron miles las
personas que se refugiaron de la tempestad, al ser prácticamente
inútiles los paraguas para guarecerse de lo que se llamó 'la gran
granizada'.
En el municipio de Andratx el temporal fue especialmente
virulento y la mayor parte de los vecinos se quedaron sin luz y
teléfono durante varias horas. En Calvià, la Policía Local tuvo
también que cerrar el paso de vehículos en varias zonas, calles y
rotondas por la gran cantidad de agua acumulada. Los bomberos
tuvieron también que intervenir en locales comerciales, sótanos y
plantas bajas.
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