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J.M.A./MICHELS/M.V./J.R. La gran tromba de agua y granizo ocasionó ayer inundaciones, caídas de árboles y muros de piedra, así como problemas en el tráfico rodado en Palma, Calvià y Andratx. Por fortuna no se tuvieron que lamentar desgracias personales. Los cuerpos de emergencia y seguridad volvieron a verse desbordados a partir de media mañana.

En Palma algunos torrentes se desbordaron y, por ejemplo en la confluencia de la salida hacia Manacor con la Carretera Vieja de Sineu, policías locales y bomberos tuvieron que acudir, los primeros para achicar agua y los agentes para regular el tráfico. El problema estribó en que, en poco espacio de tiempo, descargó una gran cantidad de agua y granizo. Así, en la Platja de Palma se contemplaron escenas e imágenes que muchos de los residentes aseguraban no haber visto nunca. La zona de la arena era un manto blanco, casi tocándose con el mar, y en las calles del interior el granizo llegó a cuajar y daba la impresión de que se había producido una gran nevada.

En el casco urbano de Palma el tráfico se colapsó en algunas zonas y se produjeron caídas de árboles. El temporal, acompañado de una tormenta eléctrica, ennegreció el cielo y, a las once de la mañana, daba la impresión de que era ya de noche. Por término medio, el diámetro del granizo que descargó ayer sobre Palma era de unos dos centímetros. En las calles de la ciudad fueron miles las personas que se refugiaron de la tempestad, al ser prácticamente inútiles los paraguas para guarecerse de lo que se llamó 'la gran granizada'.

En el municipio de Andratx el temporal fue especialmente virulento y la mayor parte de los vecinos se quedaron sin luz y teléfono durante varias horas. En Calvià, la Policía Local tuvo también que cerrar el paso de vehículos en varias zonas, calles y rotondas por la gran cantidad de agua acumulada. Los bomberos tuvieron también que intervenir en locales comerciales, sótanos y plantas bajas.