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ANA PÉREZ El temporal que ha azotado Mallorca durante los últimos días se despidió ayer y, como era de esperar, lo hizo a lo grande: viento, lluvia, frío y, por si fuera poco, granizo.

Aunque tan sólo por unas horas, y de forma menos abundante que en jornadas pasadas, la lluvia volvió a hacer acto de presencia y, como en una extraña conjunción planetaria, las sombras se adueñaron de la ciudad, convirtiendo el día en noche cerrada.