El temporal que durante una semana ha azotado las Illes Balears se
despidió ayer con una espectacular granizada que barrió Mallorca
desde la bahía de Palma hacia el nordeste y provocó imágenes
espectaculares en la Platja de Palma y nuevas inundaciones locales
en numerosos núcleos de población.
La máxima alerta ha sido desactivada pero aún es posible que hoy
puedan producirse chubascos aislados moderados. Los daños
materiales de siete días de tormentas aún no están cuantificados en
su integridad, la carretera Deià-Sóller sigue cerrada al tráfico a
causa de los desprendimientos y centenares de clientes de GESA
siguen sin suministro eléctrico pese a que 550 operarios continúan
trabajando a destajo. Sin embargo, el balance más trágico ha sido
el de la pérdida de cuatro vidas humanas relacionadas directamente
con la tempestad; dos víctimas a causa de la caída de árboles en
Palma y Calvià, otra en Can Picafort al chocar un motorista contra
un árbol caído y la última al recibir una descarga de 15.000
voltios un operario que trabajaba en es Mal Pas.
Ayer comenzaron a fijarse las ayudas para sufragar los daños del
temporal. El Govern de les Illes Balears aprobó un primer crédito
de 7.900 millones de pesetas, mientras en Madrid, el Consejo de
Ministros acordó destinar 2.200 millones de pesetas para reparar el
litoral balear.
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