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Una vecina de Llucmajor y su hija de tres años estuvieron a punto de morir intoxicadas en la noche del miércoles después de que se produjera un escape de gas en una estufa de butano, según informó la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil.

La vivienda, un segundo piso, está ubicada en el número 59 de la calle Galdent, en las proximidades del camino del cementerio. A eso de las 21.30 horas el marido de María Oliva Sánchez descubrió que la mujer se encontraba inconsciente por inhalación de gas y llamó de inmediato al centro de emergencias del 112, que puso en marcha el dispositivo de auxilio. La hija del matrimonio, de tres años, también estaba al parecer aturdida y ambas fueron atendidas por el personal de una Uvi-móvil, que comprobó que el estado más preocupante era el de la mujer adulta.

María Oliva fue evacuada hasta Son Dureta, donde recuperó plenamente el conocimiento y horas después recibió el alta médica, al igual que su hija. Este periódico se puso ayer tarde en contacto con la familia de Llucmajor, y uno de los hijos de la pareja explicó que su madre estaba descansando porque los médicos le habían recomendado reposo, después del gran susto de la noche anterior.

El escape de gas se produjo en una bombona de butano de una estufa que se encontraba en la sala y que al parecer llevaba ya un tiempo perdiendo. Los investigadores creen que si la mujer no hubiese sido descubierta inconsciente en esos momentos las consecuencias podrían haber sido muchísimo más graves. Una dotación de los bomberos también se desplazó hasta la calle Galdent de Llucmajor y examinó la vivienda para conocer la concentración aproximada de gas y valorar la situación. Los funcionarios airearon la casa y restablecieron la normalidad.