Los abogados de Ismael Martín Gago, el empresario implicado en el
denominado 'caso Juego', han solicitado al Juzgado de Instrucción
número 5 de Palma el sobreseimiento de las actuaciones por la
denuncia presentada por José Oliver, funcionario de la Conselleria
d'Hisenda, contra el industrial catalán por supuestas amenazas y
coacciones.
En junio de 2000, un mes después de que fueran arrestados Ismael
Martín Gago, el investigador privado Carlos Valencia y un empleado
de éste, ya se solicitó que la causa fuera archivada, pero la
autoridad judicial consideró que era prematuro porque todavía no se
habían instruido todas las diligencias. Ahora, casi dos años
después, la defensa del empresario del juego sostiene que no
existen indicios ni pruebas para continuar con el proceso, por lo
que solicitan el archivo del caso.
Por otra parte, hace algunos días prestó declaración en el
Juzgado de Instrucción número 1 de Vía Alemania Lorenzo Morey, que
hasta el mes de julio de 1999 era secretario general técnico de la
Conselleria d'Hisenda y, por tanto, jefe de José Oliver, el
funcionario que denunció a Ismael Martín y que, a su vez, fue
denunciado por trato supuestamente discriminatorio. En su versión
ante el magistrado, declaró que unos días antes de recibirse en la
conselleria unos sobres de Uninova (la empresa de Martín Gago) se
había publicado un decreto de contingentación que ordenaba la
regulación del juego en Balers.
Morey añadió que la solicitud se presentó en Marratxí y como se
referían a un gran número de máquinas «se miró con detenimiento el
tema». El declarante manifestó que no había ninguna otra empresa
del juego que hubieran presentado solicitudes en estas
circunstancias y refirió que había hablado con la policía «sobre
todas las empresas para las que se habían incoado expediente
sancionatorio». Morey recordó que eran «cinco o seis empresas que
siempre eran las mismas» y que eran susceptibles de ser
sancionadas, tanto en materia fiscal como administrativa.
El ex responsable de la sección de Juego negó que hubiera
marginado o discriminado en el trato a Ismael Martín Gago, al que
no le concedieron la licencia sobre numerosas máquinas y que, según
él, esa circunstancia le ha supuesto un perjuicio económico que
ronda los 5.000.000 de pesetas.
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