Los jóvenes que se apuestan en este puente de Son Gotleu constituyen un peligro para los conductores.

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Una broma que puede ser mortal. Grupos de menores y adolescentes se dedican de un tiempo a esta parte a apostarse en el puente que atraviesa la Vía de Cintura a la altura de Son Gotleu y arrojar piedras de dimensiones considerables sobre los coches que circulan a gran velocidad. En la Península este tipo de «distracciones» juveniles han ocasionado víctimas mortales y aquí los afectados exigen una intervención rápida de la policía para evitar disgustos.

José Manuel Rodríguez López, un camarero de es Coll d'en Rabassa, es el penúltimo afectado conocido por este tipo de gamberrada: «El jueves, a las cuatro de la tarde, iba en el coche con mi cuñada y de repente vi que gritaba. Casi al instante una gran piedra cayó justo delante de nuestro coche, rozando el capot, y se rompió en mil pedazos». El joven pudo controlar el automóvil y, pasado el susto, su cuñada le contó que había visto cómo un chico se asomaba desde el puente de Son Gotleu y arrojaba el «proyectil».

«Me indigné muchísimo y me fui hacia la comisaria de la Policía Local, a poner una denuncia. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que no era la primera vez que pasaba y que no podían hacer nada!», indicó. El joven añadió que se le ocurrían («así a bote pronto») varias posibilidades para que a la policía no se le vaya la situación de las manos: «Podrían instalar cámaras en el puente, patrullar de paisano... En fin, muchas cosas además de decir que no pueden hacer nada».

Este periódico ha podido saber que algunos chavales de la zona se «divierten» lanzado objetos a la vía de cintura, en algunos casos piedras de tamaño considerable. En la mayoría de los casos los «proyectiles» se estrellan contra el asfalto sin más, pero en algunas ocasiones retumban contra el capot o el techo del coche, provocando una abolladura. El peor de los casos, sin embargo, se plantea cuando la piedra impacta contra el cristal delantero, la parte más débil del automóvil. «Cuando pensé en lo que podría haber pasado me quedé muy afectado. Si la piedra rompe el cristal o yo doy un volantazo podría haber ocurrido una tragedia, y todo por un juego de niños», denunció José Manuel.