El cuerpo sin vida del pescador fue trasladado hasta el puerto de Pollença. Foto: UH-INCA

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JAVIER JIMÉNEZ-LLUÍS PLANAS
El cadáver de José Seguí, el pescador de 55 años que cayó al mar el pasado lunes cuando faenaba en aguas de Pollença, fue localizado ayer por la mañana a una milla al nordeste de la Punta Avanzada. Las posibilidades de encontrar con vida al marinero eran casi nulas, pero sus allegados se aferraban a una última esperanza en forma de milagro que ayer se desvaneció.

El infortunado faenaba a bordo de la embarcación «Virgen Milagrosa II» y el lunes por la mañana sus compañeros descubrieron que no se encontraba en cubierta. La alarma saltó de inmediato y en el operativo de búsqueda que se organizó participaron efectivos de la Guardia Civil, GEAS (Grupo Especial de Actividades Acuáticas), Salvamento Marítimo, Policía Local de Alcúdia y Pollença, Protección Civil y voluntarios. Al segundo día se sumaron bomberos de Palma expertos en submarinismo, que fueron precisamente los que el miércoles encontraron el cuerpo sin vida de José Seguí. Los Geas sacaron el cadáver del agua y una embarcación de Salvamento Marítimo trasladó los retos mortales hasta el puerto de Pollença, donde la autoridad judicial se hizo cargo de las diligencias.

De las pesquisas realizadas hasta el momento se desprende que la víctima pudo sufrir un iptus cuando estaba a bordo del pesquero o, por el contrario, cayó accidentalmente por un golpe de mar o una maniobra brusca. Francisca Ramón, la alcaldesa de Pollença, ha seguido muy de cerca durante estos tres días las labores de rescate y ha agilizado la coordinación entre distintos Cuerpos. La familia ha agradecido la colaboración de organismos y voluntarios, y de los patrones Pep Font y Joan Suau.

Buzos del Cos de Bombers de Palma hallaron el cuerpo
La participación de seis buzos del Cos de Bombers de Palma en las tareas de búsqueda del pescador fue clave y ayer por la mañana fueron precisamente estos funcionarios quienes encontraron el cuerpo sin vida. La víctima vestía ropas oscuras, lo que unido a la escasa visibilidad de estos últimos días en la zona provocó que se tardara tres días en localizar al infortunado. Además, la coordinación en los primeros momentos no fue la más acertada y hasta ayer el dispositivo no funcionó a pleno rendimiento, que es lo que se pretendía desde el principio.