«Se ha intentado quitar la vida en varias ocasiones, se ha
desfigurado el rostro por completo, sufre crisis epilépticas, de
ansiedad e histeria, ha adelgazado peligrosamente y posiblemente
está embarazada. Su situación es desesperada». La familia de una
mallorquina de 28 años que el 19 de diciembre fue detenida en
Ecuador, junto a su novio, con un alijo de cocaína, ha denunciado a
Ultima Hora que María Antonia Rodríguez Lindelauf
fue utilizada como «correo» para transportar esa droga y que, en
realidad, ella no sabía que la portaba en su cuerpo porque
aprovecharon que estaba fuertemente medicada para introducirle las
cápsulas.
La joven posee numerosos antecedentes por ingresos en el
Hospital Psiquiátrico de Palma y en el área de psiquiatría de Son
Dureta, debido a sus depresiones agudas, la ingesta abundante de
fármacos y un marcado trastorno de personalidad. El mes pasado una
nueva recaída llevó a la joven al Psiquiátrico y, según la familia,
esa fue la coyuntura que su compañero sentimental aprovechó para
llevársela a Ecuador. El hombre, presumiblemente, se personó en el
centro y se identificó como un familiar. Exigió el alta médico,
bajo su responsabilidad, y finalmente consiguió sacar a María
Antonia del hospital. La joven se encontraba fuertemente medicada y
al parecer su novio la trasladó directamente hasta Son Sant Joan,
con destino a Ecuador.
Su familia, durante varios días, no tuvo noticias de la
mallorquina, hasta que el día de Nochebuena la secretaria del
Cónsul español en Quito se puso en contacto con ellos y les
trasmitió la fatídica noticia: María Antonia había sido detenida el
día 19 junto al varón, acusados de un delito de narcotráfico. La
pareja fue interceptada en el aeropuerto Simón Bolívar de la ciudad
de Guayaquil, al sur de Quito, y al hombre le encontraron en su
maleta 120 sobres con entre doce y quince gramos de cocaína en cada
envoltorio. Los sospechosos fueron trasladados a las dependencias
policiales y allí fueron sometidos a una inspección médica que
descubrió que María Antonia portaba en su cuerpo cuatro cápsulas
repletas de cocaína. La joven tuvo que ser intervenida de urgencia,
porque uno de los 'dátiles' le había reventado en su organismo.
Desde el primer momento la mallorquina mostró su sorpresa al
descubrir que había sido utilizada como 'correo', lo que motivó el
sarcasmo del Cónsul Honorario, que no creía a la detenida. La
familia de la joven está convencida de su inocencia y ha
reconstruido los hechos hasta llegar a la conclusión de que su
novio, en el hotel que ambos compartían, le introdujo las cápsulas
vía anal aprovechando que María Antonia estaba sedada. Días después
del arresto la presunta 'narco' fue ingresada en la cárcel de
Guayaquil, un auténtico 'infierno' con celdas hacinadas e
insalubres, como la mayoría de las prisiones de Sudamérica. Sus
padres temen seriamente por su vida y solicitan ayuda económica y
la intervención de las autoridades isleñas para que pueda regresar
a España.
Sus padres denuncian la pasividad de la
embajada
La familia de María Antonia espera angustiosamente noticias desde
Palma y las veces que ha podido hablar por teléfono con la reclusa
han quedado alarmados de la situación en la que se encuentra. Sus
padres han denunciado que «la reacción por parte de la embajada o
consulado español en Quito ha sido nula». Los progenitores perciben
sendas pensiones por invalidez y se han hecho cargo del único hijo
de la mallorquina, de ocho años, por lo que sus recursos son muy
limitados a la hora de intentar ayudar a su hija. «No poseemos bien
alguno que sea susceptible de venta, hipoteca o aval, lo que nos
hace sentir una impotencia desmesurada», aseguran. Otro problema es
que las cárceles de Ecuador no pueden facilitarle la medicación que
precisa.
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