La delegada del Gobierno y la cúpula de la Jefatura Superior de
Policía se reunieron el jueves con los familiares y amigos de Ana
Eva Guasch, la filóloga desaparecida en Palma, para concretar las
líneas de actuación y, en el caso de los allegados a la maestra,
solicitar un impulso de las gestiones, que en la actualidad se
encuentran un tanto 'atascadas'.
La delegada del Gobierno fue puesta al día en todo lo que
concierne al caso y escuchó la versión policial de que, de momento,
no se ha podido concretar si la joven se marchó de forma voluntaria
o, por el contrario, fue secuestrada u obligada a desaparecer.
Catalina Cirer atendió las peticiones de los amigos de Ana Eva, en
especial la de traer recursos de la Península si es necesario para
avanzar en la investigación. Los responsables del Grupo de
Homicidios, por su parte, defendieron el vasto trabajo realizado
hasta la fecha y se comprometieron a seguir buscando a la profesora
de Santa Mónica, que falta de su casa desde el pasado día 21 de
octubre.
Los allegados de la maestra agradecieron el talante receptivo de
Cirer y también se reunieron con Francisca Mas, la responsable del
Institut de la Dona, que les ofreció su apoyo incondicional. Ana
Eva Guasch vivía sola en un segundo piso de la calle Aragón, cerca
de la confluencia con la calle Balmes, y después de salir de bares
con una amiga y regresar a su piso desapareció. Sus cuentas
bancarias no han sido alteradas y de su casa no falta dinero, ni
joyas ni su documentación personal, por lo que parece muy
improbable que decidiera marcharse por su propia voluntad.
Su familia, en un principio, se aferró a esta esperanza, más
como consuelo que como convicción, pero sus amigos y allegados
sostuvieron desde el primer momento que «algo muy malo» le había
pasado a la filóloga. El alcalde Fageda es el último que falta por
concretar su reunión con la familia de Ana Eva.
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