Javier Jiménez24/02/02 0:00
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Titiana Liliana no soportó la presión al segundo día de su detención, cuando los agentes de la Policía Judicial la llevaron por segunda vez a su casa de Palmanova, para continuar el registro. La mujer «comenzó a recordar» y confesó espontáneamente los hechos que la han llevado a la cárcel. Tal y como adelantó Ultima Hora en su edición del viernes, la sospechosa fue trasladada a los juzgados de Palma después de que el caso quedara «policialmente atado». De hecho, a pesar de que Titiana se acogió a su derecho a no declarar en las dependencias judiciales, el juez ordenó su ingreso incondicional en prisión ante las pruebas «abrumadoras» contra ella.

La confesión espontánea, la aparición de indicios en su casa, la declaración de un vecino y otras circunstancias motivaron la decisión judicial. Por todo ello, las fuentes consultadas mostraron ayer su «extrañeza» ante la postura de la defensa de Titiana, que sostiene que la supuesta homicida no confesó delante de un letrado y que por tanto sus declaraciones espontáneas carecen de validez: «Es cuanto menos ilógico pensar que la acusada no contó episodios de lo ocurrido, porque en ese caso ¿cómo podríamos saber que arrojó el arma en una cala de Son Caliu?».

Precisamente el arma empleada en el homicidio no está del todo concretada. De las explicaciones de Titiana se desprende que se trató de un martillo o una llave inglesa que se encontraba en el apartamento de Francisco Orejana y que en un momento de ofuscación utilizó fatalmente contra él. El cabo no tuvo tiempo de defenderse y murió de un único golpe en el occipital derecho.

Durante la mañana de ayer los Geas (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil regresaron a la cala de Son Caliu, donde supuestamente se encuentra el arma homicida. Los buceadores siguieron 'peinando' la zona, pero sin resultados positivos. A diferencia del viernes, el mar estaba ligeramente embravecido, lo que dificultó el operativo. Los dos hijos del matrimonio están al parecer con unos amigos, a la espera de que sus familiares se hagan cargo de ellos. Titiana, durante los dos días que duró su detención, se mostró muy apesadumbrada por el futuro de los niños.