En una decisión unánime, el jurado popular declaró ayer tarde
culpable de asesinato a José Antonio Espejo Martín, el hombre que
mató a un amigo suyo en la localidad de Can Picafort. El jurado
considera que este crimen se produjo con el agravante de
ensañamiento (por las 30 puñaladas que sufrió la víctima), aunque
con el atenuante de actuar bajo la influencia del alcohol.
El fiscal Biel Rul.lan, una vez conocida la decisión del
tribunal popular, solicitó contra el acusado una condena de 17 años
de prisión. La misma pena pidió el letrado Joan Fluxà, que
representa la acusación particular en nombre de los padres del
fallecido, Félix Lamela. El letrado defensor Antoni Albertí pidió
la pena mínima, que es de 15 años.
Los hechos ocurrieron el día 1 de octubre del año 2000 en Can
Picafort. La víctima, de 39 años, fue apuñalada en la puerta del
edificio en el que vivía. Esa noche Félix y el acusado salieron a
tomar unas copas y se les vio discutir. Al llegar al edificio José
Antonio Espejo, según reconoce el jurado, le apuñaló, causándole
una grave herida en la pierna. El hombre se desangró y falleció 12
horas después por las complicaciones de la herida. El acusado
mantuvo que él era inocente, aunque el jurado no ha creído su
versión.
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