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EFE-TENERIFE Seis personas han muerto, dos se encuentran desaparecidas y varios casas de la capital están en peligro de derrumbamiento en la mañana posterior a la tromba de agua que cayó el domingo sobre la capital tinerfeña. Los heridos se elevan a 30 y los afectados a 500, y las calles de Santa Cruz presentan un panorama desolador, ya que se encuentran anegadas por el barro y las rocas desprendidas desde las montañas, y en la actualidad trabajan miembros del Ejército de Tierra y personal civil en su limpieza.

El alcalde Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, afirmó ayer que la situación en la capital sigue siendo «grave, ya que el peligro de derrumbamientos persiste». «El peligro todavía no ha pasado porque ahora empieza el derrumbe de muros», aseguró Zerolo, quién pidió a la población avisar a los servicios de bomberos o Policía Local de cualquier grieta que aparezca en las viviendas.

Más de 400 personas fueron atendidas en el Recinto Ferial de Tenerife, la mayor parte procedente de edificios evacuados debido al riesgo de que se derrumbaran. El suministro eléctrico continúa cortado y se desconoce cuando podrá ser reactivado, ya que se han visto afectadas 17 torres del tendido y los equipos tienen dificultades para acceder a ellas.