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Antonia, la mujer que huyó de Inglaterra y vino a Mallorca con sus dos hijas tras las continuas palizas de su ex compañero, sigue sin recibir la ayuda de ninguna institución pública. La única visita que ha recibido, desde que ayer se publicó su caso en Ultima Hora , fue la de uno de los dueños de una fábrica abandonada de la localidad donde la mujer se ha instalado hasta que, como ella dice «encuentre algo mejor». Ayer tarde Antonia cuenta que recibió la visita de uno de los dueños de la fábrica y le dijo que tenía que irse «de inmediato de este lugar, y si no lo haces llamaré a la Guardia Civil para que os desalojen a todos».

Al preguntarle si desde que llegó a Mallorca ha buscado trabajo y si ha tenido alguna oferta, Antonia comenta que «lo único que me han ofrecido es trabajar de noche en un club de alterne pero no he aceptado porque, aunque mi situación es desesperada, si lo hiciera daría más motivos al padre de las niñas para que el juez británico le diera la custodia». Con respecto a la petición de ayudas que formuló a instituciones públicas, la mujer insiste en que nadie le ha dado ninguna solución a su problema.

Sobre las ayudas que solicitó a un cura y en dos conventos de monjas de la localidad donde ahora reside, Antonia aclara que en el caso del cura le dijo que no podía ayudarla. En uno de los conventos, una monja le dio dos camisetas para las niñas, y en el otro la monja que la recibió sólo entreabrió la puerta, sin abrirla del todo al verla y comprobar que se trataba de una mujer que acudía al convento en busca de ayuda, diciendo la religiosa que no podía ayudarla.