15/08/02 0:00
EFE-PRAGA
Praga contuvo ayer la respiración por la suerte de su casco
histórico, evacuado de madrugada, tras días de lluvias e
inundaciones que han anegado la mayor parte del país y que siguen
amenazando zonas del este de Alemania. La crecida del rio Moldava
que amenazaba toda Praga, donde 50.000 personas fueron evacuadas,
pareció estabilizarse ayer. De madrugada hubo una nueva evacuación,
en el casco histórico de Stare Mesto, que fue acordonado por la
policía y permaneció casi desierto, con los praguenses cruzando los
dedos para que los sacos terreros y otras medidas de contención
lograran detener las aguas.
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