TW
0

Los acontecimientos registrados en la playa alicantina de Santa Pola, que estuvo abierta al público durante 24 horas mientras una bomba de ETA estaba enterrada en la arena, ha abierto la polémica por la falta de medios con que, en muchas ocasiones, cuentan los artificieros de los cuerpos de seguridad de Estado. En Balears, sin ir más lejos, el grupo de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) del CNP, formado por siete personas, realiza una media de 1.200 servicios al año.

«Nosotros no salimos mucho en los medios de comunicación, es mejor, para no crear alarma, pero en esta unidad el trabajo es constante, ya sea de tareas vigilancia, acudir a mirar paquetes sospechosos, inspeccionar lugares donde se ha recibido un falso aviso de bomba y también revisando el material, que nos lleva unas tres horas diarias», comenta uno de los TEDAX de Mallorca, que forma parte de esta unidad prácticamente desde que se fundó en Palma, en mayo de 1977. Poco antes, concretamente el 31 de enero de 1975, se había montado el primer grupo de artificieros en España. Desde hace alrededor de medio año se dispone en Balears de un nuevo robot, que ha sido traído desde Barcelona, para la manipulación de posibles explosivos.

Durante los más de 27 años de existencia del TEDAX, a nivel estatal, se han intervenido más de 11.000 kilos de explosivos y se han desactivado más de 3.000 artefactos. No obstante este grupo también ha vivido momentos trágicos, con el fallecimiento de 14 compañeros. Ninguno de ellos en Balears, pero «a muchas de las víctimas las conocíamos porque coincidimos en la Academia», comentan los TEDAX de Palma.

Después de los atentados el 11 de septiembre en Estados Unidos se dispararon las llamadas al 091 que requerían la presencia de los artificieros, que desde hace pocos meses también disponen de medios para la prevención de ataques biológicos, que esperan «no tener que usar nunca».