Silvia B., checa y nacida en 1981, se encontraba igualmente en
coma con heridas en el rostro y en la cabeza, las cuales fueron
operadas a lo largo de nueve horas el mismo lunes. Finalmente,
E.W., nacida en 1986 y de nacionalidad francesa, continuaba ayer
ingresada en estado grave en el hospital de Can Misses. E.W. sufrió
la rotura de fémur, tibia y peroné.
El siniestro ocurrió sobre las tres y media de la tarde a unos
370 metros al suroeste de la Illa Rodona, frente a ses Illetes,
cuando, según testimonios de la tripulación del catamarán «Indian
Head», del tipo offshore y propiedad de U.A., un ciudadano alemán
de 49 años y residente en Eivissa, éste se disponía a regresar al
puerto deportivo de Marina Botafoch, en el que tiene su amarre.
Junto a esta embarcación se encontraba navegando la moto acuática
con las tres jóvenes, la cual, por motivos que se desconocen, se
habría cruzado en su camino, provocando que el casco inquierdo del
catamarán les pasara por encima. La Guardia Civil se ha hecho cargo
de la investigación de lo ocurrido.
Fuentes de la Policlínica indicaron que las heridas que
presentaban las jóvenes ingresadas correspondían a una o dos
hélices. Silvia B. presentaba cortes verticales y transversales en
el rostro y la cabeza y Suzanna L. en la espalda y las piernas; un
tipo de heridas que, en palabras de estas mismas fuentes,
«corresponden a hélices con un radio amplio».
Según pudo saber este periódico, las tres jóvenes realizaron el
trayecto entre Eivissa y Formentera a bordo de la moto acuática y
decidieron detenerse en ses Illetes, una zona en la que, debido a
que forma parte de la Reserva Natural de ses Salines, está
«expresamente prohibido» el uso de vehículos de este tipo, tal y
como señala el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN). La
normativa vigente de la Guardia Civil impide dirigir una de estas
motos sin tener titulación para ello, exigida en este caso al
tratarse de una embarcación privada y no de alquiler.
Tras el accidente, las jóvenes fueron rápidamente auxiliadas por
una lancha particular y por la tripulación del yate «Nufer»,
propiedad del empresario Fernando Fernández Tapia, quien colaboró
en el operativo trasladando a las víctimas a la playa. Allí se
dieron cita varios médicos y enfermeras que se encontraban en ses
Illetes, junto a socorristas de Cruz Roja y al equipo médico del
061. Antes de su traslado a Eivissa en helicóptero, a Silvia B. se
le tuvo que realizar una traqueotomía en la misma playa, una
intervención que le salvó la vida. El médico que se encontraba en
ses Illetes aquella tarde y que efectuó la incisión visitó ayer la
Policlínica para interesarse por el estado de las heridas. La
última de las jóvenes en ser trasladada a Eivissa en helicóptero
realizó el vuelo sobre las 20'00 horas.
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