«He movido cielo y tierra para encontrar a mi hija, pero tengo la
certeza de que está secuestrada por la familia de su novio». El
padre de Noemí Simón, una joven palmesana de 15 años que se fugó de
un centro de acogida de Muro, lleva tres semanas sin noticias de
ella y ha interpuesto denuncias en el juzgado, la policía y la
Guardia Civil para recuperarla.
Para Manuel, el progenitor, el distanciamiento entre su hija y
la familia comenzó cuando conoció a su novio, un chico de unos 22
años: «Él es de etnia gitana, y tiene un modo de vida distinto al
nuestro. Poco a poco él y su familia le fueron comiendo la cabeza a
mi niña, hasta que el 25 de julio se fugó de casa. Lo pasamos muy
mal, pero a los pocos días la encontraron y la ingresaron en un
centro especial, para que no volviera a hacerlo».
Sin embargo, el padre considera que éste fue el gran error «ya
que mi hija no es ninguna delincuente y no tenía que estar
encerrada, sino con sus padres». Sea como fuere, la adolescente,
días después del ingreso, volvió a fugarse, acompañada de otras dos
amigas. Desde entonces su familia ha vivido un auténtico suplicio,
sin noticias de su hija rebelde.
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