Imagen de los efectos intervenidos a la banda, valorados en unos 6.000 euros. Foto: G.PICÓ.

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FAUSTO RAMOS/GUILLEM PICÓ Los sospechosos de haber atracado tres bancos de Mallorca en menos de una semana, cuyos nombres son Juan Carlos G.A., de 38 años de edad, Jesús P.C., de 23 años y Ander M.O., de 38, fueron puestos ayer a disposición judicial. El primero de ellos ingresó en prisión a mediodía, mientras que los otros dos prestaron declaración a última hora de la noche.

En la mañana de ayer, el inspector jefe del CNP José Gómez dio una rueda de prensa para informar sobre las sucesivas investigaciones que dieron con la detención de los sospechosos, tal y como ha ido adelantando Ultima Hora en sus pasadas ediciones. Los sospechosos son del País Vasco y Cantabria. Juan Carlos G.A. y Ander M.O. tienen antecedentes por robos en bancos de distintos puntos de la Península y eran especialistas en cometer atracos. El tercer detenido, Jesús P.C., no tiene antecedentes y se encargaba de avisar a sus dos compañeros si venía la policía mientras ellos cometían los atracos, que se solían perpetrar de la misma manera.

En primer lugar se escogía una oficina que estuviese cerca de una playa. La primera de ellas fue la de Sa Nostra de la Avenida Jaume I de Santa Ponça, la segunda la de la Banca March de Punta Ballena y la tercera, de Bancaixa en la Platja de Palma. Dos de ellos llegaban en un ciclomotor de alquiler con matrícula falsa al banco vestidos con ropas playeras, toallas y pelucas para dar apariencia de turistas. En Santa Ponça uno entró y el otro esperó con la moto en marcha fuera, y en Magaluf entraron los dos. En el último golpe, en la Platja de Palma, uno de ellos fue detenido y poco después cayeron los otros dos en Son Sant Joan cuando iban a coger un vuelo.

Después de cometer el atraco se iban hasta un parking público de motos cerca de la playa, dejaban el ciclomotor aparcado y le quitaban la matrícula falsa, por lo que los datos ofrecidos por los testigos ya no coincidían. A continuación se quitaban la ropa, la escondían en la mochila y se quedaban en la playa entre los demás turistas para pasar desapercibidos. Los delincuentes tenían la intención de «hacer el agosto» en la Isla. Es decir, cometer el mayor número de atracos en el menor tiempo y escapar con un suculento botín.

En los tres atracos lograron apoderarse de 110.000 euros, de los que se han recuperado 83.000. Igualmente se les intervinieron diversos efectos, ropa de marca, teléfonos móviles y demás, que están valorados en más de 6.000 euros. El resto del dinero se lo gastaron en Eivissa, donde fueron después del primer robo. Para cometer los atracos amenazaban a clientes y empleados con cuchillos y dos pistolas que, aunque eran simuladas, tenían un gran parecido con la realidad. Durante el tiempo que estuvieron en la Isla se sabe que se hospedaron en un hotel de la Platja de Palma pero que cambiaban frecuentemente de alojamiento para tratar de despistar a los investigadores.