Los familiares intentaron mediar en la riña, pero el hermano
mayor, supuestamente, se fue ofuscando y cuando Bao se disponía a
salir de la cocina le asestó la cuchillada fatal. Los testigos
presenciales tuvieron un ataque de histeria y los gritos colectivos
alarmaron a los vecinos de la finca de tres alturas, que llamaron a
la policía. En pocos minutos varias dotaciones del Cuerpo Nacional
de Policía y la Policía Local llegaron a la calle Socorro y se
encontraron a la víctima tendida en la acera, agonizando. Sus
familiares le habían bajado del piso prácticamente en volandas y
sollozaban junto a él, al tiempo que proferían palabras y alaridos
ininteligibles para los agentes.
Los servicios sanitarios intentaron reanimar a la víctima y
durante más de media hora varios médicos le practicaron masajes
cardíacos y otras técnicas de reanimación, ante la mirada
expectante de un número creciente de curiosos que se iba acumulando
a ambos lados de la calle. El presunto agresor, cuya identidad no
ha trascendido, fue interceptado en las cercanías del domicilio y
quedó custodiado en el interior de un coche «Z», frente a la
iglesia del Socors. El asiático se encontraba muy desconcertado,
pero no ofreció resistencia.
Su hermano, finalmente, falleció y el Grupo de Homicidios
procedió a acordonar la calle y subió al escenario del crimen, a
fin de realizar una minuciosa inspección ocular que se prolongó de
las diez de la mañana a las 13.00 horas. Los testigos presenciales,
que seguían en estado de 'schok', fueron trasladados hasta la
Jefatura para prestar declaración y el lunes se efectuará la
autopsia al cadáver.
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