TW
0
JAVIER JIMÉNEZ-J.F.MESTRE Los investigadores tienen clara una circunstancia: la muerte de la joven todavía sin identificar no se produjo precisamente entre los matorrales donde fue encontraba el jueves.

Se trata de un detalle de gran relevancia para la Policía Judicial y que podría significar que la mujer encontró la muerte lejos de la finca -o quizás no tan lejos- y luego alguien la escondió entre los matojos para ocultar el cuerpo y dificultar la investigación. El hecho de que durante este verano haya llovido en abundancia, unido con las altas temperaturas que se han alcanzado de forma intermitente, han acelerado al parecer el estado de momificación del cuerpo, que ha permanecido a la interperie desde el día de la muerte.

Los investigadores remitirán a laboratorios de Barcelona y Madrid muestras de la fauna cadavérica para concretar casi con exactitud cuándo se produjo el óbito y dónde. De ahí la importancia de la inspección ocular que se inició en la tarde noche del jueves y se prolongó hasta las 14.00 horas de ayer. Los agentes 'peinaron' todo el perímetro próximo a los matorrales del hallazgo, con minuciosidad casi obsesiva,y luego se centraron en el punto concreto dónde apareció el cadáver. El hecho de que apareciera en bragas y sujetador se interpreta en círculos policiales como casi una evidencia de que fue víctima de una agresión sexual, pero el avanzado estado de descomposición hará casi imposible confirmar este extremo.

Otra hipótesis policial que cobra fuerza es que el cuerpo sin vida de la infortunada pudo ser trasladado hasta la finca en el interior de un coche, que se adentró pocos metros en el camino principal, ya que el cadáver apareció muy cerca de la puerta de entrada, en la carretera s'Arenal-Llucmajor. Al cierre de esta edición la prioridad de los investigadores seguía siendo determinar la identidad de la fallecida, a fin de agilizar todas las diligencias y buscar al culpable.