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J.F.MESTRE/J.JIMÉNEZ Manuel Llinás Fiol tenía unas costumbres muy extrañas. Una de ellas fue instalar una cámara de vídeo junto a la puerta de acceso a su casa, que enfocaba directamente al rellano de la escalera y al ascensor. Este sistema, muy costoso y de dudosa legalidad en un espacio comunitario, le permitía no sólo identificar a las personas que se acercaban a su puerta, sino también controlar a los vecinos que pasaban por el rellano o bajaban la escalera.

La presencia de esta cámara no agradaba a los vecinos. La presidenta de la comunidad mantuvo varias entrevistas con el administrador y le exigió que hablara con Manuel Llinás y le dijera que la instalación de la cámara era ilegal. Sin embargo, parece ser que estas gestiones tuvieron poco éxito.

Los vecinos también recordaban que durante varios meses Manuel tuvo en su casa dos perros de la raza Doverman. Uno de los residentes comentó que, si bien era cierto que estos animales no le habían mordido nunca, cada vez que se cruzaban con él le embestían. Esta experiencia la sufrieron varios vecinos, por lo que la comunidad se planteó pedirle al administrador que cambiara los estatutos de la finca, para prohibir la presencia de animales considerados de razas peligrosas. Este problema se solucionó cuando Manuel Llinás terminó la relación con su anterior novia. Uno de los perros se lo llevó la mujer y el otro, según creía ayer una vecina, se lo entregó el detenido a su madre, que reside cerca de la zona donde ocurrieron los hechos. Esta vivienda de la calle Ausiàs March es propiedad de la madre del detenido, aunque hacía años que él vivía allí. Otro de los vecinos recordó también que los propietarios se plantearon denunciarle porque debía muchos recibos de la comunidad.

Por otra parte, Esquerra Unida y el Lobby de Dones denunciaron ayer este nuevo caso de violencia doméstica. Beatriz Garau es la tercera mujer que ha muerto este año en Mallorca tras un enfrentamiento con su pareja. Ambos colectivos, como muestra de protesta, han convocado para el próximo lunes a las 20.30 horas una concentración de protesta en la plaza Joan Carles I, en Palma, y han hecho un llamamiento para que acuda el mayor número de ciudadanos posible.