El depósito de coches de Son Reus, en Palma, registró en la noche
del sábado al domingo el enésimo incendio, que al igual que los
otros siniestros tuvo un origen al parecer intencionado. El fuego
arrasó una treintena de vehículos y los bomberos permanecieron en
el recinto casi tres horas para controlar por completo las llamas.
Un portavoz del Cos de Bombers de Palma informó de que la alarma
por el incendio se recibió a las 23.00 horas, después de que los
vecinos detectaran llamaradas en el depósito. «Cuando llegamos no
había nadie en los alrededores, así que no podemos asegurar que
fuera intencionado, pero lo cierto es que es muy raro que ardan así
por las buenas 30 coches que estaban aparcados», comentó la citada
fuente. Un vehículo autotanque del parque central recibió apoyo de
otro nodriza, ya que las llamas estaban muy extendidas y era
necesario arrojar grandes cantidades de agua: «En estos casos el
problema es que las llamas afectan a los líquidos inflamables y a
las gomas del motor y de las partes ocultas del coche, por lo que
aunque tires muchísima agua siguen saliendo llamas», añadió. De
hecho, los funcionarios que se desplazaron hasta Son Reus
permanecieron hasta casi las dos de la madrugada en aquellas
instalaciones, asegurándose de que el fuego no se propagaría a
otros turismos y apagando los nuevos focos que surgían de forma
intermitente. Agentes de la Policía Local de Palma también se
desplazaron al depósito municipal y abrieron una investigación in
situ para aclarar lo ocurrido y confirmar si, tal y como parece, el
origen del incendio fue intencionado.
Los policías dieron una batida por los alrededores en busca de
sospechosos, pero no encontraron a nadie. Desde principios de año
los bomberos y la policía han acudido al menos una vez al mes al
recinto de recogida de vehículos a causa de algún incendio, que en
este tiempo han destruido centenares de automóviles y furgonetas,
la mayoría para desgüace. Ayer por la tarde este periódico pudo
constatar lo fácil que es acceder a Son Reus: la verja que delimita
el recinto presenta agujeros en casi todos sus tramos y por si eso
fuero poco la puerta de entrada permanece abierta. Con este
panorama, es frecuente observar en su interior la presencia de
desconocidos que buscan piezas de recambio o de pandillas juveniles
que 'matan' el tiempo entre las hileras de coches. La policía cree
que alguna de estas bandas está detrás de los incendios.
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