Un hombre de 40 años fuertemente armado protagonizó ayer una
masacre en una localidad vecina a Turín, al matar a su ex mujer y a
otras seis personas antes de suicidarse, en lo que se interpreta
como una venganza tras una borrascosa separación. «Parecía un Rambo
enloquecido», señaló uno de los testigos de la matanza que poco
antes de las 09:00 horas (07:00 GMT) perpetró a sangre fría Mauro
Antonello, antiguo constructor metido ahora a albañil y
coleccionista de armas.
Con un revolver, una pistola y una ametralladora que poseía con
todos los permisos, el homicida sembró en pocos minutos la muerte
en una urbanización de las afueras de Chieri, a 18 kilómetros de
Turín. El asesino disparó en primer lugar contra su ex esposa,
Carla Bergamin, cuando se encontraba junto a su vivienda a punto de
salir de su automóvil. Dos años antes, Carla y Mauro se habían
separado entre riñas, persecuciones y episodios de malos tratos, de
los que fue testigo la hija de ambos, Clara, de 7 años, que ayer
salvó su vida al haber entrado ya en la escuela.
Los disparos que acabaron con Carla Bergamin llamaron la
atención de dos vecinos, que fueron los siguientes en ser abatidos.
Después el homicida se dirigió a un taller en los bajos de la
vivienda contigua, donde mató a su ex cuñada y a una empleada. En
el jardín que separa las dos casas perpetró sus últimos crímenes:
el de su antigua suegra y el de su ex cuñado. Luego se fue hacia
una casa, se sentó en el sofá y se quitó la vida.
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