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«Ojalá que la Guardia Civil quiera aceptarlo, porque demostraría que el Cuerpo ha evolucionado». La consellera de Benestar Social del Govern balear, Fernanda Caro, se mostró ayer así de contundente al valorar la noticia adelantada por Ultima Hora en relación a un agente de la Benemérita de Mallorca que ha pedido, por primera vez en la historia del instituto armado, poder vivir con su novio en la casa cuartel.

Caro ha añadido que no entiende las posibles reticencias a que la pareja no esté junta si forma, en realidad, una pareja de hecho inscrita en el registro del Govern y ha opinado que «me parece muy lógico que este guardia civil quiera llevar a la caserna a su compañero sentimental». En la Comandancia de la Guardia Civil de Palma, en cambio, la publicación del caso no sentó ayer tan bien.

Las fuentes consultadas, de forma oficiosa, mostraron su disconformidad por la forma en que se ha hecho pública la noticia, antes de que sea presentada la solicitud del guardia: «Es un tema muy delicado que debería haberse zanjado dentro del Cuerpo, sin presiones externas, y ahora eso es imposible», argumentaron.

La petición del guardia civil, que se hará oficial en los próximos días, deberá ser evaluada por la Junta de Mandos, que todavía no se ha reunido porque lógicamente no ha tenido constancia formal de la solicitud. El agente, cuya identidad no ha trascendido, planteará que su compañero sentimental reside en otra localidad distinta a la suya, por lo que pide que ambos puedan vivir juntos en una casa cuartel. Sin embargo, los estatutos del Cuerpo parece ser que sólo contemplan la unión de parejas heterosexuales.