La Policía Judicial de la Guardia Civil de Palma y de Pollença
prosiguió ayer de forma frenética con las gestiones encaminadas a
aclarar el crimen y despejar la principal incógnita: la identidad
de la fallecida. En este sentido, los médicos forenses han podido
obtener imprentas dactilares del cuerpo en descomposición, piezas
dentales y muestras de su ropa, lo que a nivel de investigación
supone que en los próximos días u horas se podrá saber, casi con
toda seguridad, quién era la fallecida.
Los agentes realizan indagaciones en varias direcciones y
también han consultado, pueblo por pueblo, si existen en los
últimos días denuncias por desaparición de alguna mujer en
Mallorca. El resultado, de momento, ha sido negativo, por lo que se
plantea otra posibilidad: que la mujer asesinada fuera extranjera y
no hubiera demasiada constancia de su estancia en la Isla o que el
asesino sea una persona de su entorno y, lógicamente, no haya
denunciado su desaparición.
Los tres médicos forenses que durante toda la mañana de ayer
realizaron la autopsia en el Anatómico de Palma establecieron las
conclusiones previas de la muerte, ya que los resultados
definitivos se conocerán en los próximos días. De hecho, algunas
muestras de vísceras y tejidos han sido remitidas a laboratorios de
la Península. La causa exacta de la muerte no ha podido ser
concretada en el estudio forense, pero se sabe que fue asesinada en
otro lugar y luego el criminal la trasladó hasta el kilómetro 5-800
de la carretera Inca-Llubí, junto a la finca de Son Peretó de Can
Jordi. Allí, en el margen derecho de la cuneta, alguien roció el
cuerpo ya inerte con un líquido inflamable y le prendió fuego.
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