La hija de la víctima declaró ante el jurado popular.

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Ayer concluyeron las pruebas que se han desarrollado durante el juicio por el asesinato del empresario Pedro Estarellas, por el que se acusa a José María Cervelló, Sebastián Bibiloni y Pedro Pérez. Lo más destacable de la jornada de ayer fue el testimonio de los inspectores de la policía científica que explicaron que pese a que en el escenario del crimen tan sólo se detectaron huellas de Cervelló, según su criterio, el asesinato no lo cometió sólo esta persona, sino que contó con otra colaboración.

En concreto se insinuó la intervención de Sebastián Bibiloni, que ya por la mañana comprobó cómo la mayoría de testigos que debían declarar a su favor se contradecían, o incluso le perjudicaban. La teoría policial es que la víctima pesaba más que Cervelló y que, según las pruebas, el hombre fue trasladado en volandas hasta el lugar donde después apareció muerto, tras ser atado y amordazado. Esta situación motivó que el abogado que representa a la familia Estarellas acusara ayer tarde a Bibiloni de ser el autor material, junto a Cervelló, del asesinato del empresario y mantuvo su propuesta de solicitar una condena de 25 años de prisión, incluyendo también al otro acusado.

Antes sólo lo consideraba como el «cerebro» del robo. El fiscal, sin embargo, mantuvo la misma petición inicial, y sólo acusa de asesinato a Cervelló, mientras que a Bibiloni le imputa un delito de robo con violencia y solicita una condena de cinco años de prisión contra él, mientras que a Pedro Pérez le pide nueve años de prisión por robo y encubrimiento.

Entre los testimonios que declararon por la mañana destacó el de las dos hijas del empresario. Una de ellas afirmó que Sebastián Bibiloni solía acudir con frecuencia al rent a car de la calle Ruiz de Alda, y que en una ocasión le dijo que le había gustado mucho la colección de cuadros que le había mostrado su padre. Esta declaración desmonta la coartada de Bibiloni, que afirmó que, aunque conocía a Estarellas, nunca había estado en su casa, por lo que no pudo darle detalles a Cervelló de dónde se encontraba la caja fuerte.